Siete consejos para cuidar el peso de tus hijos durante las vacaciones de verano
Durante las vacaciones de verano es normal que, como padres, seamos más flexibles en cuanto a las rutinas y los hábitos establecidos para nuestros hijos. Uno que otro día se les permite irse a la cama más tarde, pueden pasar más tiempo frente a las pantallas o se les acepta consumir más alimentos altos en grasa y azúcares que en tiempos de cole.
Esto es totalmente válido, ya que de hecho muchos psicólogos recomiendan dejar a un lado la estricta rutina escolar en vacaciones y permitirles a los pequeños relajarse, tanto a nivel físico como mental. Sin embargo, los nutricionistas y pediatras advierten que, en el caso específico de la alimentación, ser demasiado flexible puede traer consecuencias ligadas al peso y la salud de los niños.
A continuación, siete recomendaciones que ofrece el pediatra José Gabriel Rivera para cuidar lo que comen tus hijos en este tiempo de descanso y evitar que caigan en sobrepeso.
1. Opta por comidas hechas en casa
Las cocciones a la plancha, al vapor y asadas son la mejor opción cuando se busca mantener una buena alimentación. Tal y como explica el galeno, no solo se trata de cocinar en casa, sino de evitar el uso excesivo de sal y condimentos dañinos para la salud. Para esos días en los que quieras cumplirles un antojo de comida frita, opta siempre por preparaciones caseras, preferiblemente en una freidora de aire, ya que es mucho más sano. Comprar en establecimientos de comida rápida debe ser la última opción.
2. Meriendas saludables entre comidas
En las vacaciones, con más tiempo en casa, es normal que los niños siempre estén buscando qué picar entre comidas. Es importante que les ofrezcas meriendas saludables, tales como bizcocho de zanahoria, galletas de avena o barras energéticas, que incluso pueden hacer juntos, a modo de actividad en familia. Evita tener en la despensa snacks con mucha grasa o azúcares para que no se vean tentados.
3. Procura que los horarios de comidas no se alteren demasiado
Como habíamos dicho antes, está bien dejar a un lado la rigidez de días de cole, pero eso no quiere decir que no deben tener rutinas y horarios establecidos. Reajusta los horarios de alimentación a las vacaciones, pero lo más apegado a lo habitual posible. Mantener la ingesta de tres comidas al día (sin contar las meriendas) ayuda a regular el apetito de los pequeños y evita que coman de más.
“Durante las vacaciones es normal que los niños se despierten tarde y por ende se salten el desayuno. Como sabemos, el desayuno es una de las comidas más importantes del día, sobre todo en la infancia”, señala Rivera.
4. Aumenta el consumo de agua
En esta temporada de altas temperaturas es fundamental la ingesta de agua para mantenerse hidratado y evitar el estreñimiento. “Son muchos los niños que llegan a consulta con problemas de constipación porque, en su mayoría, no ingieren la cantidad de agua suficiente”, explica.
Sugiere ofrecerles jugos hechos en casa en lugar de recurrir a los artificiales y evitar el consumo de refrescos, ya que además de que son dañinos, por su alto contenido en azúcares, dan una sensación de llenura que hace que la ingestión de alimentos sea menor. Al poco tiempo regresa el hambre, lo que lleva a comer más y, en consecuencia, se aumenta de peso.
5. Promueve el consumo de frutas
El melón, la sandía y el melocotón son frutas ideales para ofrecerles a los niños en estos días, porque además de ser deliciosas, hidratan. Otra ventaja es que, gracias a que son ricas en fibras y bajas en caloría, las frutas evitan el estreñimiento y la obesidad.
“Hay que enseñar a los niños a comer frutas, ya que eso los ayudará en muchos sentidos. El problema muchas veces es que los padres no promueven el consumo de frutas y en su lugar optan por meriendas ya preparadas, como papitas y galletas, con muchos químicos”, refiere.
6. Incentívalos a realizar ejercicio físico
Además de la alimentación, también hay que promover el ejercicio físico en los niños si lo que se busca es evitar que caigan en sobrepeso. El doctor aconseja aprovechar las vacaciones para apuntarlos en algún deporte que les guste, sobre todo a los adolescentes, o simplemente incentívalos a que salgan a correr, jugar o montar bicicleta. Una buena idea es buscar una actividad al aire libre que todos disfruten para hacer al menos una vez por semana en familia.
7. No los fuerces a comer
Por último, pero no menos importante: ¡no los obligues a comer! Los niños saben cuánto y cuándo necesitan comer, por lo que forzarlos es hacerlos comer más de la cuenta. Obligarlos es una forma implícita de decirles que ignoren sus instintos al momento de comer, lo que los puede llevar a rutinas poco saludables que deriven en sobrepeso o incluso obesidad.
Rivera concluye recalcando la importancia de llevar a los niños a consulta ante cualquier variación de peso. “Ahora mismo hay muchos casos de niños y adolescentes con niveles altos de colesterol y glicemia y de la única forma que esto se puede determinar es acudiendo al pediatra”, finaliza.
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